Apollyon

Le oí susurrar:

—Eíste pánta mou…

Lo eres todo para mí

Si sigues diciendo lo mucho que me amas —murmuró—, vamos a traumarlos de por vida.

Hagas lo que hagas, no le rompas el corazón a mi hermano. Tú eres su mundo. Y si lo dejas, lo destruirás.

Nunca me daría por vencido contigo, Álex. Nunca.

Cuando las cosas dependen del destino no existe eso de saldar deudas.

—Te miraba como si fueses la única cosa que pudiese saciar su hambre.

Eras todo su mundo incluso antes de que ninguno de los dos lo supierais.

No ese amor que se alimentaba de necesidad y que destruía ciudades y civilizaciones enteras, sino ese que las reconstruía.

—Esa clase de amor es más importante que cualquier otra cosa en este momento, Lexie. Va a mantenerte cuerda. Siempre va a recordarte quien eres realmente.

Apartar la culpa era como intentar quitarse unos pantalones muy ajustados. Podía respirar de nuevo, pero las marcas seguían grabadas a fuego en mi piel.