Conveniencia: si una comida es más fácil de comprar, la vas a comer con más frecuencia.
Omnipresencia: mientras ese producto esté en más lugares, lo vas a comer con más frecuencia.
Proximidad: si un producto está cerca de ti, lo vas a buscar antes que otros que no estén tan cercanos.
Frecuencia: cuantas más veces por día comas, más cantidad de comida consumirás.
Variedad: cuanta más variedad exista, más cantidad vas a comer.
Porciones más grandes: cuanta más cantidad de comida tengas ante ti, más vas a comer.
Precios bajos: está claro, si hay comida barata, comerás más.