lo que Edith llamaba sus canarios se materializa en cuadernos (de varios tamaños) alojados en el archivero. En ellos fue pegando fotocopias de intervenciones plásticas que hacía a escenas fotográficas que le parecían asombrosas. Recortaba las fotos originales de publicaciones, revistas, periódicos (a veces incluso las hallaba en libros; pero en esos casos, primero fotocopiaba y luego recortaba), las pegaba en sus cuadernos y procedía a intervenirlas con distintos métodos. Todas las fotografías con las que trabajó Edith tienen una cosa en común: son imágenes que captan a personas inmersas en el instante de su propia muerte