La muerte de su prometida, la jovencísima Sophie von Kühn, a causa de la tuberculosis (1797), le sumió en una profunda una crisis espiritual. En sus Himnos a la noche (Hymnen an die Nacht, 1800), colección de poemas en prosa y verso, el poeta exalta la noche, identificada con la muerte, como el paso hacia la «vida verdadera», un renacimiento místico en la persona de Dios donde el reencuentro con su amada y con el conjunto del universo sería posible, todo ello evocado por medio de un lenguaje sugestivo y armónico.