La filosofía en 100 preguntas

Gustavo Bueno, en los Ensayos materialistas: «Si no se quiere negar la misma actividad racional, si no se quiere recaer en el más absurdo nihilismo (“El Mundo procede ex nihilo”) es necesario pensar como real una materia real»; y con esto las ciencias naturales ya tienen más que suficiente.

Las dos posiciones en conflicto pueden ser ambas verdaderas al mismo tiempo si las consideramos desde dos puntos de vista distintos. Puede ser verdad, por ejemplo, por una parte, que todas las cosas del mundo sean enteramente contingentes y no posean más que una existencia, por tanto, empíricamente condicionada, mientras que, por otra parte, exista también una condición no empírica, es decir, un ser incondicionado y necesario…

T. Al mundo pertenece algo que, sea en cuanto parte suya, sea en cuanto causa suya, constituye un ser absolutamente necesario.

A. No existe en el mundo ningún ser absolutamente necesario, como tampoco existe fuera de él en cuanto causa suya.

Kant niega que existan ideas innatas como la idea de Dios y eso es contrario al racionalismo de Descartes, según el cual todos los seres humanos disponemos de una idea de lo infinito cuyo único origen solo podía ser Dios. Para Kant, tal idea de infinito es una útil noción matemática, pero no representa concepto alguno que pueda entenderse cabalmente.

estructuras de la sensibilidad se llaman intuiciones sensibles puras; las del entendimiento se denominan conceptos puros o categorías; finalmente, las de la razón (por la cual unimos unos juicios con otros) reciben el nombre de «ideales de la razón pura».

Siguiendo a Xavier Zubiri, llamamos inteligencia a la capacidad de aprehender algo como esencialmente real y entre las actividades de la inteligencia (inteligir) encontramos que entender es un acto de la misma por el cual se produce una categorización en forma de proposiciones o juicios que pueden formar parte de un discurso racional. El fundamento del entender estaría en inteligir, no al revés. La inteligencia presenta dos facetas y, al menos, cuatro sentidos. Sus dos facetas son la teórica y la práctica. Solo distinguiendo bien estas facetas podremos responder a la cuestión de si ser sabio equivale a saber mucho.

Otro caso curioso que nos pone ante la dificultad de saber si realmente estamos ante un conocimiento objetivo o hacia una intervención sobre la realidad misma es el conocido como efecto Pigmalión, según el cual la creencia que tiene una persona o un conjunto de personas puede influir en el rendimiento y actividad de otra persona; la amplificación del efecto Pigmalión por parte de una predicción relevante para un determinado colectivo realizada por una autoridad competente da lugar a que sea la misma predicción la que se haga cumplir a sí misma para ese colectivo determinado.

En la física atómica y subatómica, Werner Heisenberg (Premio Nobel de Física en 1932) enunció el llamado principio de incertidumbre o principio de indeterminación, según el cual es imposible medir simultáneamente, y con precisión absoluta, el valor de la posición y la cantidad de movimiento de una partícula. La incertidumbre no se deriva de los instrumentos de medida, sino del propio hecho de medir.

si la Tierra no está en el centro, cabe la duda de que el Sol tampoco lo esté, lo cual abre la puerta a la idea de que el universo es infinito y de que el ser humano no es el centro de la creación de Dios. Sostener esta idea, entre otras, le costó la vida a Giordano Bruno en 1600.

El paralogismo trascendental del alma nos lleva a concluir, por un afán desmedido de la razón, que cada uno de nosotros somos una sustancia simple y personalmente constante a lo largo de nuestra duración temporal.