Tendría que haber sabido que Angus era demasiado bueno para ser verdad. La experiencia tendría que haberle hecho buscar los defectos ocultos en vez de ir como una estúpida tras un sueño imposible… otra vez.
Soltó un débil suspiro. A ese paso nunca iba a encontrar lo que buscaba en un hombre.Por Dios, ya tenía veintiocho años, con un matrimonio fallido y una legión de novios ocasionales a sus espaldas.