Rushdie viajó a Nicaragua en 1986, en plena revolución sandinista, sin ideas preconcebidas de lo que se iba a encontrar. Lo que descubrió le impresionó sobremanera: una cultura de héroes convertidos en objetos inanimados, y de políticos y guerrilleros que eran poetas; una tierra difícil, llena de hermosas contradicciones. Con su mirada, sobre la que seimpre pesa su especial sensibilidad, Rushdie nos descubre una tierra en la que resuena continuamente el estruendo del choque entre historia y moral, entre el gobierno y los individuos. Un preciso y obsesivo retrato de la gente, la política, la tierra y la literatura de un país sumergido en la revolución.