Esta conferencia, pronunciada en Buenos Aires en 1940, muestra el modo de Zweig de entender el arte, y de realizarlo. Desde el asombro, el arte aparece como lo sublime, que supera al hombre y apunta a la esfera de Dios como artista supremo. El libro incluye también la conferencia La historia como poetisa: una historia que hace arte, al tiempo que muestra sus momentos más sublimes.