Segundo de la serie. Cuando Maya conoció a Giorgio Sabbatini, él la rescató de la soledad en la que vivía. Por eso le costó tanto tomar la decisión de divorciarse de él. Giorgio, que pertenecía a una poderosa familia que podía equipararse con la misma realeza, sentía el deber de perpetuar el linaje. Por eso, Maya, incapaz de darle el hijo que él tanto deseaba, comprendió que no le quedaba otra salida que la separación. Pero la tinta de los papeles del divorcio aún no se había secado cuando, después de una loca y desenfrenada noche de pasión, se produjo una noticia sorprendente…