Fulcanelli

El Misterio De Las Catedrales

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  • Oscar Espinosahas quoted5 years ago
    Esto sentado, volvemos a encontrar la versión secreta de esta verdad positiva en la Galette de Reyes, que suele comerse en familia el día de la Epifanía, fiesta célebre que evoca la manifestación de Jesucristo niño a los Reyes Magos y a los gentiles. Según la Tradición, los Magos fueron guiados hasta la cuna del Salvador por una estrella la cual fue, para ellos, el signo anunciador, la Buena Nueva de su nacimiento. Nuestra Galette está signada como la propia materia, y contiene en su pasta el niñito conocido popularmente con el nombre de bañista. Es el Niño Jesús, llevado por Offerus, el servidor o el viajero; es el oro en su baño, el bañista; el haba, el zueco, la cuna o la cruz de honor, y es el pez «que nada en nuestro mar filosófico»
  • Oscar Espinosahas quoted5 years ago
    «Una noche, abrumado por la fatiga, dormía profundamente: le despertaron unos golpes dados a su puerta y oyó la voz de un niño que le llamaba tres veces por su nombre. Se levantó, subió al niño sobre su ancha espalda y entró en el torrente. Al llegar a su mitad, vio que el torrente se enfurecía de pronto, que las olas se hinchaban y se precipitaban sobre sus nervudas piernas para derribarle. El hombre aguantaba lo mejor que podía, pero el niño pesaba como una enorme carga; entonces, temeroso de dejar caer al pequeño viajero, arrancó un árbol para apoyarse en él; pero la corriente se guía creciendo y el niño se hacía cada vez más pesado. Offerus, temiendo que se ahogara, levantó la cabeza hacia él y le dijo: “Niño, ¿por qué te haces tan pesado? Me parece como si transportase el mundo.” El niño le respondió: “No solamente transportas el mundo, sino a Aquél que hizo el mundo. Yo soy Cristo, tu Dios y señor. En recompensa de tus buenos servicios, yo te bautizo en el nombre de mi Padre, en el mío propio y en el del Espíritu Santo; en adelante, te llamarás Cristóbal.” Desde aquel día, Cristóbal recorrió la tierra para enseñar la palabra de Cristo.»
  • Oscar Espinosahas quoted5 years ago
    »Después de una larga caminata en busca del poderoso monarca, vio venir en su dirección una nutrida tropa de jinetes vestidos de rojo; su jefe, que era negro, le dijo “¿A quién buscas?” —“Busco al diablo para servirle.”—. “Yo soy el diablo. Sígueme.” Y hete aquí a Offerus incorporado a los seguidores de Satán. Un día, después de mucho cabalgar, la tropa infernal encuentra una cruz a la orilla del camino; el diablo ordena dar media vuelta. “¿Por qué has hecho eso?”, le preguntó Offerus, siempre deseoso de instruirse. “Porque temo la imagen de Cristo”. —“Si temes la imagen de Cristo, es que eres menos poderoso que él; en tal caso, quiero entrar al servicio de Cristo.” Offerus pasó solo por delante de la cruz y continuó su camino. Encontró a un buen ermitaño y le preguntó dónde podría ver a Cristo. “En todas partes”, le respondió el ermitaño. “No lo entiendo —dijo Offerus— pero, si me habéis dicho la verdad, ¿qué servicios puede prestarle un muchachote robusto y despierto como yo?” —“Se le sirve —respondió el ermitaño— con la oración, el ayuno y la vigilia.” Offerus hizo una mueca. “¿No hay otra manera de serle agradable?”, preguntó. Comprendió el solitario la clase de hombre que tenía delante y, cogiéndole de la mano, le condujo a la orilla de un impetuoso torrente, que descendía de una alta montaña, y le dijo: “Los pobres que cruzaron estas aguas se ahogaron; quédate aquí, y traslada a la otra orilla, sobre tus fuertes hombros, a aquéllos que te lo pidieren. Si haces esto por amor a Cristo, Él te admitirá como su servidor.” —“Sí que lo haré por amor a Cristo”, respondió Offerus. Y entonces se construyó una cabaña en la ribera y empezó a transportar de noche y de día a los viajeros que se lo pedían.
  • Oscar Espinosahas quoted5 years ago
    «Antes de ser cristiano, Cristóbal se llamaba Offerus; era una especie de gigante, y muy duro de mollera. Cuando tuvo uso de razón, emprendió viaje, diciendo que quería servir al rey más grande de la tierra. Le enviaron a la corte de un rey muy poderoso, el cual se alegró no poco de tener un servidor tan forzudo. Un día, el rey, al oír que un juglar pronunciaba el nombre del diablo, hizo, aterrorizado, la señal de la cruz. “¿Por qué hacéis eso?” preguntó al punto Cristóbal. “Porque temo al diablo”, le respondió el rey. “Si le temes, es que no eres tan poderoso como él. En este caso, quiero servir al diablo.” Dicho lo cual, Offerus partió de allí.
  • Oscar Espinosahas quoted5 years ago
    ¿Ignoráis que sólo puede llegarse hasta Jesús por la intercesión de su Madre; sancta Maria ora pro nobis? Y la Virgen es representada, para vuestra instrucción, de pie sobre la media luna y siempre vestida de azul, color simbólico del astro de la noche.
  • Oscar Espinosahas quoted5 years ago
    el Secreto de los Secretos, ante este Verbum dimissum del que hemos hecho ya mención, y que Jesús confió a sus Apóstoles, según el testimonio de san Pablo98:

    «Yo he sido hecho ministro de la Iglesia por voluntad de Dios, el cual me ha enviado a vosotros para cumplir SU PALABRA. Es decir, el SECRETO que ha estado oculto desde todos los tiempos y todas las edades, pero que ahora manifiesta a aquéllos que considera dignos.»
  • Oscar Espinosahas quoted5 years ago
    A medianoche, una Virgen madre,

    produce este astro luminoso;

    en este momento milagroso

    llamamos a Dios hermano nuestro
  • Oscar Espinosahas quoted5 years ago
    T ODAS las iglesias tienen el ábside orientado hacia el sudeste; la fachada, hacia el noroeste, y el crucero, que forma los brazos de la cruz, de nordeste a sudoeste. Es una orientación invariable, establecida a fin de que fieles y profanos, al entrar en el templo por Occidente y dirigirse en derechura al santuario, miren hacia donde sale el sol, hacia Oriente, hacia Palestina, cuna del cristianismo. Salen de las tinieblas y se encaminan a la luz.
  • Oscar Espinosahas quoted5 years ago
    Ved ahora lo más grave: Mientras la francmasonería busca la palabra perdida (verbum dimissum), la Iglesia universal χαθολιχη katholiké), que posee este Verbo, está en camino de abandonarlo en el ecumenismo del diablo. Nada favorece tanto a esta falta imperdonable como la temerosa obediencia del clero, tan a menudo ignorante, al falaz impulso, que se dice progresivo, de fuerzas ocultas que solo se proponen destruir la obra de Pedro. El ritual mágico de la misa latina, profundamente trastornado, ha perdido su valor y, actualmente, marcha de acuerdo con el sombrero flexible y el traje de calle que adoptan los clérigos, felices con el disfraz, en prometedora etapa hacia la abolición del celibato filosófico...
  • Oscar Espinosahas quoted5 years ago
    Hay, pues, dos estrellas, las cuales, a pesar de que parezca inverosímil, forman en realidad una sola. La que brilla sobre la Virgen mística —a la vez nuestra madre y el mar hermético— anuncia la concepción y no es más que el reflejo de la otra, que precede al advenimiento milagroso del Hijo. Pues si la Virgen celestial es todavía llamada stella matutina, estrella de la mañana, si es posible contemplar en ella el esplendor de una señal divina; si el descubrimiento de esta fuente de gracias pone gozo en el corazón del artista, no es, empero, más que una simple imagen reflejada por el espejo de la Sabiduría. A pesar de su importancia y del lugar que ocupa en los autores, esta estrella visible, pero inalcanzable, da testimonio de la realidad de la otra, de la que coronó al Niño divino en el momento de nacer. El signo que condujo a los Magos a la cueva de Belén, nos dice san Crisóstomo, fue a colocarse, antes de desaparecer, sobre la cabeza del Salvador rodeándole de un halo luminoso.
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