Nunca habrá nadie más que tú para mí, y te juro que te deseo tanto, quiero «darte» tanto, que no puedo imaginar a nadie capaz de hacerte más feliz de lo que yo pretendo hacerte. Y lo que me saca de mis casillas es que tú también lo sabes. Pero eres demasiado cobarde para admitirlo incluso ante ti misma,