«La reflexión que comparte Mariel Ruiz en este libro es una invitación relevante para profundizar de manera integrada las vivencias de los cuerpos de niños, niñas y docentes en la escuela, institución de la modernidad que desde su origen plantea una separación entre el cuerpo y la mente, al mismo tiempo que ofrece una oportunidad para dar origen a propuestas pedagógicas que articulen sin fragmentar la experiencia humana, para aportar a la configuración de subjetividades -lo que soy y lo que puedo llegar a ser-, que transformen los espacios de control, reproducción y resignación en espacios para la creación, la libertad, y con ello a la hospitalidad real de la singularidad y diversidad de relatos de todos los que participan del proceso. Práctica educativa que requiere de la sensibilidad de profesores y profesoras que vivan el desafío de la experiencia desde una perspectiva política orientada al bienestar de sus estudiantes, como sujetos en su completud y complejidad» (Patricia Hermosilla-Salazar,
Universidad de Chile).