Un poemario exquisito en su forma y su ejecución. Cantos de sangre y fuego porta consigo el sello de una obra única; no se trata de una mera colección más de poemas de amor, ya que, como se hace patente desde el título, el dolor (representado simbólicamente por la sangre) y el deseo (representado por el fuego) se conjugan con la poderosa función conceptual de la “ausencia” para plasmar una manera particular de sentir y pensar, la cual cristaliza en la esencia más íntima del autor. Anclados en un dominio seguro del lenguaje, los versos están escritos con una evocadora potencia lírica y estilo arrebatado, con una riqueza metafórica que no escatima en referencias a los mejores exponentes del género.