El teniente detective Peter Decker del Departamento de Policía de Los Ángeles y su esposa, Rina Lazarus, han acogido en su casa a Gabriel Whitman, un adolescente de quince años, hijo de una antigua amiga con problemas. Aunque el enigmático muchacho parece estar adaptándose, Decker conoce bien los secretos que guardan los adolescentes, como confirma el trágico suicidio de otro adolescente, Gregory Hesse, un estudiante de Bell and Wakefield, uno de los institutos más exclusivos de la ciudad.
Wendy, la madre de Gregory, se niega a creer que su hijo se pegara un tiro y convence a Decker para que investigue más. Lo que este descubre le inquieta. La pistola utilizada en la tragedia era robada, prueba que le impulsa a abrir una investigación en profundidad. Pero el caso se complica con el suicidio de otro estudiante de Bell and Wakefield, una muerte que les lleva a destapar a un despreciable grupo de estudiantes ricos y privilegiados con un gusto excesivo por las armas y la violencia. Decker pensaba que entendía a los jóvenes y, sin embargo, cuanto más se acercan a la verdad su equipo y él, más cuenta se da de lo poco que sabe de ellos, incluyendo al muchacho que tiene a su cargo, Gabe. Hijo de un mafioso y de una madre ausente, el chico ha llevado una vida con demasiado tiempo libre, demasiadas ausencias injustificadas y muy poca supervisión adulta.
Antes de concluir, el caso y sus terroríficas repercusiones llevarán a Decker y a sus detectives por un callejón oscuro de lealtades retorcidas y alianzas infames, culminando en un vertiginoso punto de no retorno.
Consigue en esta excelente novela el equilibrio entre los aspectos criminales de la trama y un buen ambiente familiar.
ANIKA entre libros