Carta al padre

Me preguntaste hace poco tiempo por qué yo creía que te tenía temor. Como de costumbre, no te respondí nada, en parte por el miedo que me infundías

No puedo pensar en nada más terrible para K, nada más humillante, que ver su desdicha expuesta ante millones de personas.

Teniendo en cuenta que Kafka entregó esta carta a su madre, es lícito imaginar que él nunca quiso que este documento llegara a los ojos de su padre; mucho menos a los nuestros, hombres y mujeres desconocidos que leemos sus desventuras tantos años después, con un morbo mezquino y desvergonzado.

“Mis escritos trataban sobre ti. Allí me quejaba, por supuesto, de lo que no podía depositar en tu pecho”

vivió constantemente intentando ocupar un espacio, aunque fuese insignificante, en el corazón de su padre

El amor paternal en ese entonces, así como los inviernos, era mucho más cruel y severo que en nuestros días.

demasiado sensible para la rudeza de las relaciones familiares

En aquellos momentos uno se acostaba y lloraba de felicidad y vuelvo a llorar al escribir sobre esto.

Así sufrías tú; sufríamos nosotros

Pero tú estabas frente a mí y todo te parecía estar en “contra”, cuando evidentemente esto solo era una consecuencia de tu fortaleza y de mi debilidad.