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Philippe Sands

Calle Londres 38

  • Carolahas quoted11 days ago
    Pinochet se sintió encantado al conocer la noticia del fallecimiento del que había sido su azote, de la que supo mientras se disponía a recibir a Jorge Luis Borges en el Palacio de La Moneda. «Un hombre excelente», dijo el escritor argentino del presidente chileno, un «caballero» que irradia «calidez y bondad»; palabras que emocionaron a Pinochet y a la vez extinguieron cualquier esperanza de un posible Premio Nobel para Borges.25 En Estados Unidos, la muerte de Letelier causó una oleada de protestas. Pinochet culpó a sus oponentes políticos y negó cualquier implicación.
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted14 days ago
    Ambos encargaron a Michael Townley «la ejecución del asesinato». Este estadounidense de treinta y tres años, reclutado por la DINA dos años antes, estaba casado con Mariana Callejas, una escritora chilena recientemente galardonada con un premio literario por El Mercurio, un periódico que apoyaba firmemente a Pinochet. La DINA regaló a la pareja una casa en la Vía Naranja, en el acomodado barrio santiaguino de Lo Curro.

    El plan inicial era matar a Letelier con gas sarín, oculto en un frasco de perfume Chanel n.º 5.24 En lugar de ello, el 21 de septiembre de 1976, en Sheridan Circle, una rotonda situada en el corazón de la llamada «avenida de las embajadas» de Washington, el Chevrolet de Letelier voló por los aires, matando al exministro y a una colega del Instituto de Estudios Políticos llamada Ronni Karpen Moffitt.
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted14 days ago
    Pinochet sentía una gran admiración por Franco, que murió unos meses antes de la visita de Kissinger, y de hecho fue uno de los pocos líderes extranjeros que asistieron a su funeral.
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted14 days ago
    Esta última adquirió asimismo una casa situada en la Vía Naranja, en un barrio acomodado de Santiago, donde un grupo de químicos fabricaban gas sarín en el sótano mientras en el piso superior se celebraban tertulias literarias.
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted14 days ago
    «Vaya a Sudamérica», le decía Rauff a Wächter, que en su día había supervisado el exterminio de cientos de miles de judíos y polacos en Lviv, y luego añadía: «Yo seguiré actuando en ese sentido».
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted16 days ago
    Walther Rauff. Perseguido por crímenes de lesa humanidad y genocidio, el hombre de las SS ofrecía su consejo a un viejo camarada. Luego supe que, al cabo de una década, el autor de la carta se había trasladado a la Patagonia, en el sur de Chile, donde dirigiría una conservera que envasaba carne de centolla en latitas.
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