Todos los casos de deshonestidad y corrupción que ocurren en el mundo son el resultado de que alguien imita a otro, ya sea copiándolo o refutándolo. La imitación hace que la persona se caliente y se quede fría, ya que se encuentra con algo diferente cada día. Si en una ocasión se encontrara con la verdad y deseara cambiar de opinión sobre un asunto en el que previamente se equivocó, deberá ocultarlo, porque de otro modo la gente sabrá que hasta entonces había estado imitando a otros. No revelará nada porque se arriesga a perder la confianza de la gente, así como toda confianza en sí mismo (Movahed 2009, 73).