Las obras de Hernán Valdés se distinguen, ante todo, por sus temáticas discrepantes de valores establecidos, así como por la indagación en la conciencia y la memoria de los personajes ante sus experiencias. En ocasiones, el uso del humor y lo absurdo sustituye a las visiones sociológicas e históricas.
A partir del fin se sitúa en los tiempos previos y posteriores al golpe de Estado de 1973, y en el día mismo en que este ocurre. Pero más que del golpe, la novela se ocupa de cómo este quiebre político se refleja en las conciencias de los personajes, una pareja cuya relación va desmoronándose a la par que el intento de crear una nueva sociedad.
Si bien hay numerosas escenas semidocumentales acerca de situaciones y consecuencias del golpe de Estado, ellas sirven más bien como desencadenantes de las reacciones de los personajes. Porque la intención de la escritura es esa: utilizar los hechos para observar los efectos perturbadores en las conciencias, las memorias, los sentimientos de una pareja de amantes. Los choques exteriores repercuten así en las conductas de ambos, las exaltan, las modifican, las agudizan. Y revelan en los protagonistas la posibilidad de enfrentarse a sus demonios, de asumir sus convicciones morales e intelectuales, de reconocer la verdad o falsedad de sus sentimientos. De ponerlos al desnudo el uno frente al otro.
«De existir alguna 'justicia literaria', el libro deberá ser reconocido como la gran novela sobre el golpe militar».
MARÍA TERESA CÁRDENAS.
«La novela nos revela dramáticamente un país donde los mitos han suplantado a la realidad y a la historia, mitos insertos en el propio lenguaje, y en la formación de una imagen autocomplaciente que obstruye todo enjuiciamiento de la actualidad».
JAIME VALDIVIESO.
«A partir del fin es un texto valioso, tanto desde el punto de vista literario, o bien visto bajo una perspectiva ética. Valdés ha concebido una crónica deprimente, pero saludable, en su retrato de unos seres sin salida ni escapatoria».
CAMILO MARKS.