Enfrentar exitosamente una tragedia aumenta la capacidad para hacer frente a desafíos futuros, semejantes o peores. Por el contrario, fracasar en la situación adversa actual debilita o hace a la persona más vulnerable a los problemas o los conflictos futuros. Es, pues, necesario afrontar la adversidad y salir adelante; rehusarse a hacerlo es condenarse a padecer pasivamente los males y ser paulatinamente destruido por ellos. Hay que enfrentar y vencer. Ahora, ¿cómo se enfrenta la crisis? Este libro tiene como propósito proveer cincuenta herramientas prácticas y viables para lograrlo con éxito. Confiamos en que algunas o varias de estas estrategias puedan ser de ayuda al lector, a quien invitamos a buscarlas a lo largo de las páginas de esta obra.