Con frecuencia se ha dicho que las personas felices no necesitan historia; sólo tienen que dedicarse a disfrutar su privilegiada condición. Algo parecido ocurría con Rafaela, la protagonista de esta novela apasionante. Hija de un poderoso banquero, ella se había casado con un exitoso hombre de negocios que, además de brindarle todo su amor, había puesto a sus pies una enorme fortuna. En estas condiciones, siendo una mujer hermosa, rica y feliz, Rafaela simplemente tenía que disfrutar de la vida. No obstante, su mundo amenazó con desplomarse en cuanto su marido fue víctima de un devastador ataque de apoplejía, que lo redujo a una precaria condición física. Sin embargo, cuando la desgracia golpeaba a su puerta, Rafaela conoció a Alex, un hombre joven, apuesto y saludable que la invitó a dejar atrás el pasado y a abandonarse a un destino de felicidad y pasión. A pesar de todo, ella dudaba.