El problema con los hombres agresores es que son ¡terriblemente normales! Y así también, la violencia de género, se ha ido instalando cómodamente en nuestra cultura. Para identificarla y transformarla se propone pensar en los hombres agresores como sujetos normales y no como la encarnación del mal, con los cuales compartimos espacios de sociabilidad y además procesos de socialización. Este libro es resultado de la tesis de Doctorado en Ciencias Sociales en la línea de estudios de género, realizado durante el período 2006–2011 en la Universidad Estatal de Campinas, Brasil. En él se aborda una interpretación sobre las masculinidades, la violencia de género y, lo que en los últimos tiempos se considera, la crisis de las masculinidades, entendida como la ruptura con un patrón de comportamiento marcado por el género masculino. La autora aborda aquí la violencia de género, a partir del concepto de normalidad propuesto por la teórica política Hannah Arendt.
El concepto de normalidad deriva del cubrimiento periodístico que Arendt hizo del juicio de Eichmann en Jerusalén; notando que el acusado no era el monstruo que todos esperaban encontrar -incluso ella-, y en cambio sí un hombre normal; un hombre común que ejecuta su oficio, obedeciendo las reglas establecidas, propias de su tiempo y su contexto político. De esta forma, la transformación de la violencia de género, apela por una transformación de la cultura, en el sentido de no permitir que situaciones como la violencia de género se asuman como algo normal y un primer paso para ese cambio, es el reconocimiento de los patrones de crianza con los que todavía se siguen formando nuevas generaciones de hombres y de mujeres. La invitación es a que no sigamos siendo tan asustadoramente normales.