De acuerdo con Ricardo Piglia, el detective es una variante popular del intelectual. Indaga huellas y pistas dispersas para dotar de sentido a la realidad. Por lo tanto, el detective salvaje es un investigador rebelde, poético. No decodifica textos, sino vidas. Muchos personajes de Bolaño carecen de obra escrita; su verdadero arte consiste en vivir de otra manera. Se trata, pues, de indagar las posibilidades ocultas de la experiencia, de ejercer la «guerrilla interior» propuesta por Matta