Un tranvía llamado Deseo

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(Va hasta el tocador y coge la lámpara de papel, rasgándola al quitarla de la bombilla, y se la ofrece a Blanche. Blanche grita como si ella misma fuera la lámpara

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(Va hasta el tocador y coge la lámpara de papel, rasgándola al quitarla de la bombilla, y se la ofrece a Blanche. Blanche grita como si ella misma fuera la lámpara

STELLA: No podía pensar que lo que me contó es verdad y seguir viviendo con Stanley.

EUNICE: No te lo creas. La vida tiene que continuar. Pase lo que pase hay que seguir adelante.

BLANCHE: ¡Yo no quiero realismo! ¡Yo quiero magia! (Mitch se echa a reír.) ¡Sí, sí, magia! Es lo que intento darle a la gente. Deformo las cosas por su bien. Yo no digo la verdad, yo digo lo que tendría que ser la verdad. ¡Y si eso es un pecado, que me condenen! ¡No enciendas la luz!

Nunca quieres salir hasta pasadas las seis y siempre vamos a sitios poco iluminados.

BLANCHE: Sé que todo esto significa algo, pero no consigo entender qué.

MITCH: Significa que nunca te he visto bien, Blanche. Vamos a encender la luz

. Tú eres un polaco sano, y no tienes un nervio en todo el cuerpo así que, naturalmente, no sabes lo que es la ansiedad.

Fue porque… en la pista de baile… no pude contenerme y le dije, de repente, le dije: «¡Os he visto! ¡Lo sé! Me das asco…». Y entonces el foco que había iluminado el mundo volvió a apagarse y desde entonces, ni siquiera por un momento, ha habido luz más intensa que… esta vela…

BLANCHE: Lo sé y no lo voy a hacer. ¡Sé que odias que me ponga sentimental! Pero, cariño, ¡créeme que siento las cosas más de lo que pueda decir! ¡No me quedaré mucho tiempo! No me quedaré, lo prometo…