Tomando como eje la trayectoria vital y profesional de Teresa de Robles, una de las principales graciosas y músicas de finales del XVII y principios del XVIII, el presente libro se inserta en la revisión –iniciada en el pasado siglo— del papel desempeñado por las mujeres en la literatura y en las artes. Miembro destacado de la dinastía cómica encabezada por su abuelo, Antonio de Escamilla, y, como tal, “hija de la comedia”, Teresa formó parte de un grupo profesional femenino –las actrices-músicas— altamente cualificado que desempeñó un papel decisivo en la configuración, difusión y éxito de un teatro musical hispano con características propias, creado y desarrollado desde mediados del siglo XVII en la corte madrileña, y protagonizado casi exclusivamente por actrices. Alejadas de la invisibilidad propugnada para sus coetáneas, ellas ejercían un oficio no «mecánico” en el que las mujeres, pese a su escaso número, tenían un gran protagonismo y proyección pública que les daba influencia social, de la que eran plenamente conscientes. Al ser, además, una profesión rentable (prácticamente la única que podían desempeñar las mujeres) y, en su caso, muy bien pagada, les proporcionaba también una gran independencia y libertad a la hora de tomar decisiones.