Beatriz vive con su tía Engracia, que tiene planes para ella, una auténtica Miranda de la Cruz y Gil de Velasco. Pero los grandes apellidos no dan de comer, así que la decidida muchacha emprenderá una nueva aventura fuera de su pueblo natal. El destino le tiene preparada una sorpresa que nunca hubiera imaginado la tía Engracia, ni la propia Beatriz. Federico González es serio y trabajador, y no soporta los condicionamientos sociales. Una propiedad inmobiliaria les pondrá en contacto.