Ambientada en Fez, Marruecos, durante el levantamiento nacionalista de 1954, La casa de la araña es quizás la novela más bella y sutil de Paul Bowles. También es, sin duda, la más política y visionaria. Escrita en 1955, detecta con maestría las irresolubles tensiones del mundo árabe, las mismas que estallarán varias décadas más tarde. La trama reúne a tres personajes disímiles: John Stenham, un escritor norteamericano devoto de la antigua cultura del lugar y que detesta al imperialismo francés que por entonces dominaba Marruecos; Polly Veyron, turista norteamericana de buena conciencia que defiende el desarrollo de los países oprimidos, y Amar, un muchacho marroquí analfabeto que se gana la vida en la calle, un musulmán ortodoxo que desprecia por igual el progresismo impío de los revolucionarios y la ocupación colonial. En una ciudad asediada por la violencia, cuya intensidad se palpita en magnificas descripciones, a través ese trío que persigue ideales inconciliables, todos en buena medida imposibles de alcanzar, Paul Bowles articula los temas centrales de su literatura, la soledad, las vivencias de los expatriados y la incomprensión entre personas de distintas culturas, con la potencia de un thriller político. La casa de la araña, por su ambición narrativa y por un resultado que está a la altura de esa ambición, por su continua perspicacia psicológica, esta considerada una obra maestra.