Cuando Mary-Michael Watkins se casó con su viejo mentor, dueño del astillero donde trabajaba, jamás pensó que anhelaría las cosas que él no le podría dar. Pero con el paso de los años, descubre la sorprendente necesidad de tener un hijo y verlo crecer. Su esposo le sugiere que busque un hombre para procrear el bebé que quiere, pero no podría siquiera considerar semejante acto—hasta que conoce al Capitán Gualtiero.
Luchino Gualtiero, es un hombre al cual la familia significa todo. Segundo a la familia está su negocio de importación de té, y ha venido a Watkins Shipyard para construir dos barcos nuevos. Ha disfrutado a las mujeres casadas en el pasado, por eso no tiene problema en acostarse con la bella esposa del dueño del astillero. Pero llega el momento de dejarla y su corazón no la puede olvidar.
Justo antes de la muerte de su esposo, Mary-Michael se da cuenta que está embarazada del capitán. Un pretendiente despechado la acusa de adulterio, alegando ser el padre del niño para quedarse con la fortuna de Watkins, y se ve obligada a pedirle al capitán que cuide a su hijo en caso de que la declaren culpable y la ahorquen.
Lucky hará lo que sea necesario para quedarse con Mary, y para ser parte de la vida de su hijo, incluso secuestrarla de su celda y llevarla a altamar. Sabe que ella ha luchado durante mucho tiempo contra sus propios sentimientos, y a bordo del Lady M la convencerá de que su amor por ella es tan infinito como el océano.