Porque se encontrarán habitados por grandes visiones: la de Ismael, que se salva para contarnos la historia; la de Edipa Maas acunando al viejo pordiosero en sus brazos; la del hombre invisible preparándose para salir de nuevo a la luz, como Jonas del vientre de la ballena. Todos ellos, en algunas de las frecuencias más altas, hablan para ustedes y por ustedes.