estereotipo fijado de antemano, con cuánta complacencia parlotean sobre censura (a pesar de no haberla experimentado en su propia piel), cómo charlan sobre poscomunismo, sobre la vida cotidiana de su triste Europa del Este, cómo hablan sobre democracia en la transición, cómo proponen medidas para salir de la crisis (desde el nacionalismo hasta la agricultura), lo dispuestos que están a aceptar las etiquetas identificativas, cómo las llevan cual insignias, cómo se aferran unos a otros como en el cuento de El nabo gigante —los rusos a los húngaros, los húngaros a los checos, los checos a los polacos, los polacos a los rumanos, los