Catherine sabía que Vito Giordani nunca la había perdonado por poner fin a su matrimonio y marcharse de Italia con su hijo.
Cuando se enfrentó a Vito por los planes que supuestamente él tenía para volver a casarse, su todavía marido adoptó una actitud hermética. Además, aprovechándose de su ventaja, le ordenó a Catherine que volviera a Nápoles para retomar su papel de esposa y madre. Su hijo, al que ambos adoraban, volvería a tener a sus padres juntos a su lado.
Y Vito llevaría a cabo la venganza que llevaba tanto tiempo esperando…