Mugre rosa (Spanish Edition)

¿Qué es el silencio?
La pausa entre un pensamiento y el siguiente.

Tal vez para eso le había servido a Max el estoicismo, para mantenerse vivo a fuerza de incredulidad o indiferencia.

Quién podría haber imaginado el hueco auditivo de una ciudad sin insectos, sin zumbidos, pero también sin bocinas, sin el bufido lento de un ascensor o el murmullo de voces lejanas, sin todo lo artificial que —ahora entiendo— era lo que llamábamos vida

La serpiente muda y se recicla, pero no por eso deja de ser el mismo animal.

Pero nunca se lo dije a mi madre; nunca confesé que no recuerdo ni una sola cosa de esos años en que supuestamente ella fue el centro de mi vida.

Lo que recuerdo es cuando Delfa me permitía hacer pildoritas con la masa que sobraba del pastel de fiambre, o cuando recortaba conmigo la ropa para las muñecas de papel, o cuando me dejaba peinarle la peluca

Mi trabajo consistía en eso, en verlo engordar y finalmente (¿cuándo?) verlo morirse, sin el dolor de las madres.

Es indigno, decía mi madre, eso es comida regurgitada. Pero hasta la comida regurgitada podía ser alimento.

Max pudo soltar hasta la compasión por sí mismo; yo me sentía una especie de pulpo prehistórico, aferrada a todo lo que alguna vez había tenido.

No todos los hijos odian la mano que los protege y les abre heridas en la piel. Los hay que no.