Nada más difícil que conciliar la idea de un dios bueno con la del mal en el mundo. En el comienzo, algo ignominioso ha debido pasar y esto ha viciado para siempre la existencia.En este libro se dedican páginas magistrales al conflicto entre politeísmo y monoteísmo, cuyas repercusiones filosóficas y políticas están muy lejos de haberse mitigado; aquí se hacen inolvidables reflexiones sobre el suicidio, se aprovecha una visita a un museo paleontológico para meditar sobre la corporeidad humana o se subraya la necesidad a imposibilidad, juntamente, de la liberación según el Buda.Quien añore la conciliación animosa o no sepa prescindir de lo edificante, hará bien en privarse de este libro. Mas para quien le siga, quizá la lucidez sin ambages de este irónico desesperado resulte finalmente tonificante.