Circe

Esa fue mi primera lección: bajo la apariencia plácida y familiar de las cosas, hay otra cara que aguarda el momento de romper el mundo en pedazos.

Le diría que algunas personas son como constelaciones que solo iluminan la tierra durante una estación.

Pero cuando se lleva una vida solitaria, se dan pocos y preciosos momentos en los que un alma se sumerge junto a otra, del mismo modo que, una vez al año, las estrellas rozan la tierra.

Humillar a las mujeres parece ser el pasatiempo predilecto de los poetas. Como si no pudiese haber historia a menos que nos arrastrásemos y sollozásemos.

Humillar a las mujeres parece ser el pasatiempo predilecto de los poetas. Como si no pudiese haber historia a menos que nos arrastrásemos y sollozásemos.

«No —pensé—. Es demasiado tarde para eso. Han dado conmigo. Que vean lo que soy. Que se enteren de que el mundo no es como ellos creen.»

Nunca se castigaba a los hijos varones.

Una jaula de oro no deja de ser una jaula.

padre siempre se dejaba seducir por ellos. Creía que el orden natural del mundo era complacerlo a él.

Era tan sencillo... Si quieres, yo lo haré. Si te hace feliz, iré contigo. ¿En qué momento se rompe un corazón? Pero un corazón roto no es suficiente, y yo era ya tan sabia como para saberlo