Opúsculo poco conocido del autor en el cual se reúnen ocho acercamientos al tema de la relación entre el arte sacro y el arte profano; entre la religión, el ritual y la estética. De manera clara y con ejemplos abundantes, Westheim explora cómo a lo largo de la historia ha cambiado la significación de la obra de arte: de ser una representación de la divinidad hasta transformarse en pieza de museo, destinada a la valoración de sus méritos artísticos.