Terapia familiar y de pareja centrada en la persona

La felicidad de una pareja depende de la convergencia entre los principios de cómo ser compañeros íntimos y las cualidades y la historia única de cada relación individual.

erapeuta debe ser lo suficientemente potente como para poner límites a los malos tratos mutuos, pero suficientemente centrado en la persona como para dar cabida a que la familia se haga dueña del curso de sus propias vidas

Los terapeutas de pareja deben hacerse cada vez más conscientes de las condiciones en las que pueden florecer el apego y el respeto, mientras es un estudiante atento a la manera única de cada pareja de hacer su propia relación.

“No se trata de lo que el enfoque centrado en la persona te da. Se trata de lo que no quita”, dijo Carl Rogers parafraseando a Gertrude Stein (O’Hara, 2007).

“(En) el intercambio del momento, no creo que mi mente esté ocupada con la idea de ‘Ahora quiero ayudarte’,” dijo Carl Rogers al filósofo Martin Buber. “Se trata mucho más de que deseo comprenderte. ¿Qué persona eres detrás de esa pantalla paranoica o detrás de esas confusiones esquizofrénicas, o detrás de todas estas máscaras que usas en tu vida real? ¿Quién eres? Me parece que el deseo es encontrar a una persona, no que ahora quiero ayudar. Me parece que aprendí a lo largo de mi experiencia que cuando podemos encontrarnos, entonces se produce la ayuda, pero eso es un subproducto.” (Kirschenbaum and Henderson, 1990: 55)

Después de intentar un poco ser exactamente como él, me volvería más activo, reformulando el problema motivo de consulta de una manera inclusiva; reconociendo lo silenciado; explicitando los problemas omitidos. Me haría responsable por un proceso que facilitara el contacto de las personas inquietas que están allí. Me apoyaría en él para seguir siendo fiel al proceso de escuchar con toda mi atención todo lo que se diga

Este tiene que concentrarse en encontrarse con los clientes como si fueran los primeros, controlar la tendencia a terminar sus oraciones, expresar de buenas a primeras un minucioso resumen de lo que ellos ni siquiera tuvieron la oportunidad de decir, proponer ideas que no le han pedido y, especialmente, formular un juicio diagnóstico que el cliente no puede cambiar.

Para Rogers, la terapia no se trataba de lo que él podía hacer por sus clientes, sino de lo que los clientes, libres de una atmósfera de temor y rechazo, podían hacer por sí mismos

Rogers tenía la seguridad de no quedar atrapado en la atmósfera social intensa y la humildad de mantener su posición sin culpar a los otros que estaban allí.

su capacidad de ver la validez interna de la experiencia de una persona a pesar de la agitación del campo social que lo rodeaba