La escritura espiritual es un tópico tan antiguo y universal como la misma experiencia que es su razón de ser. Su manifestación puede rastrearse en distintas narrativas. En el cristianismo, la escritura espiritual ha generado debates sobre su legitimidad para hablar de Dios.
Las vidas de jesuitas ejemplares siguieron el programa humanista animado por la “ratio studiorum” de 1599 en el que la pedagogía se dirigía a formar en las virtudes que, a fin de cuentas, eran el medio para acercarse a una experiencia más profunda de Dios. Desde esta óptica, el relato de las peripecias, las debilidades, los fracasos o las exigencias extremas refuerza el empeño por un continuo “ordenamiento” de afectos o pasiones.
Con esta investigación, el historiador René Millar Carvacho agrega un eslabón más a la larga cadena de estudios ligados a la historia de la espiritualidad de la Compañía de Jesús. De esta manera, Rene Millar nos ayuda a profundizar en el relativo misterio que aún sigue siendo el universo de las creencias religiosas y la espiritualidad del pasado colonial peruano.