DIVINO de la DIVINIDAD, a quien se entregó a Él mismo como precio, para que hoy estuviésemos A SALVO: ¡Jesús! Él ha tenido fe en mí, y me ha dirigido a tener fe en Él. Le dedico con todo respeto, amor y profundo agradecimiento este privilegio, donde es mi deseo ser escuchado para que Él sea revelado y el Padre glorificado. ¡Amén!
Hoy