La Alborada y La Palanca fueron dos diarios escritos por mujeres trabajadoras de principio de siglo; obreras que encarnaron, día a día, la hostilidad propia de la injusticia, el abuso y la precariedad con la que vivieron, en los albores de un mundo industrializado. La mayoría de sus autoras fueron mujeres pobres que, en estos diarios, se reconocen por primera vez. Protagonistas de un mundo sucio que conocen de cerca, el injusto escenario de las fábricas las convertirá —gracias a La Alborada y La Palanca— en las nuevas heroínas de una lucha, hasta ese momento novedosa: la desigualdad de género.
El testimonio y la miseria de una época; la precariedad y la desolación en que fueron escritos cada uno de estos textos, es triste, sin duda, y su contenido, tan valioso como descarnado. Tan seductor como lectura, y sin embargo, tan desgarrador en lo que signi có para este grupo que dio la pelea, no solo para cambiar sus condiciones laborales, sino también —y más importante aún— para exponer nuevas ideas sobre el género. En la fuerza del grupo radica el valor de un incipiente feminismo que viene a salvarlas y que fue propagado a través de estos diarios.
Oro triste: Diarios feministas de obreras chilenas 1905–1908, nace de una lectura de estas columnas. Aquí, la historiadora y activista, María José Cumplido, re exiona con agudeza y una mirada actual, sobre las distintas temáticas que se exponen en estos textos. En este sentido, la idea de «feminismo» para este grupo de trabajadoras, revela una mentalidad de avanzada que cambiará para siempre la idea de cultura, patriarcado, sociedad, trabajo, maternidad y todos los problemas que acarrea el hecho de ser mujer hasta nuestros días.