Lucas Buch

  • juan diego esquivias padillahas quoted2 years ago
    El aprendizaje de Chiara y Enrico todavía no ha concluido. En realidad, no ha hecho más que empezar. Unas semanas después del nacimiento de Maria Grazia Letizia (y de su muerte), tras realizar las pruebas pertinentes y someterse a los tratamientos oportunos, Chiara y Enrico viajan a Medjugorje. Van para dar gracias a la Virgen por tantas cosas: los meses de embarazo, los pocos minutos que estuvieron con su hija, la posibilidad de acompañarla en su camino hacia el Cielo. Piden también algo: un hijo.
  • juan diego esquivias padillahas quoted2 years ago
    Entierran a su segundo hijo, pero están felices. Para la ocasión, han preparado un cartel con algunas fotos del pequeño. En él se lee una frase que resume lo que Dios les ha ido mostrando: «Lo importante en la vida no es hacer algo, sino nacer y dejarse amar».
  • juan diego esquivias padillahas quoted2 years ago
    una idea de san Francisco que Chiara y Enrico tenían muy presente: «Lo contrario del amor no es el odio, sino la posesión» (55)
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    inicios de 2012, cuando el desarrollo de la enfermedad comenzaba a manifestarse en lo delgada que estaba y en fuertes dolores en la espalda, a veces no podía ni siquiera coger a su hijo. Un día se desahogaba por teléfono con una amiga: «Quiero una vida normal. Es mi ídolo. Vito me ha dicho que debo soltarlo, pero me cuesta.
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    Finalmente, el 4 de abril, el médico comunica a Enrico el estado de su esposa: las lesiones son fruto de una metástasis; Chiara es una enferma terminal. Vuelve junto a ella y la lleva a la capilla. No le dice nada; su silencio es más elocuente que todas las palabras del mundo. Se abrazan y se repiten las promesas matrimoniales. «Solo no me digas cuánto me queda —le pide Chiara—, porque quiero vivir el presente» (120).
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    Chiara ha ido para pedir a la Virgen, para todos los que la acompañan, «la gracia de vivir la gracia» (130).
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    Por su parte, se limita a poner por obra un truco que aprendió en Asís del padre Vito, el de las 3 P: Pequeños Pasos Posibles.
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    Por lo poco que he comprendido en estos años, puedo decirte solamente que el Amor es el centro de nuestra vida, porque nacemos por un acto de amor, vivimos para amar y para ser amados, y morimos para conocer el amor verdadero de Dios.
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    La sentencia es pronunciada a la una menos cuarto: muerte.
    Enseguida son conducidos a la cárcel de Stadelheim. Sus padres, que han llegado de Ulm durante el juicio, logran —parece que gracias a la intercesión de aquel que había interrogado a Sophie— entrar a saludarles. Cuando se retira Hans, entra su hermana. «Sonreía continuamente, como si mirara al sol. Aceptó de buen grado y alegremente los dulces que Hans había rechazado. “Oh, sí, los tomo con gusto; todavía no he comido”»[13]. Su madre, entre lágrimas, le dice: «Sophie, ya no te volveré a ver entrar por la puerta de casa…». Ella le contesta: «¡Qué importan esos poquitos años, madre! ¡Nos encontraremos en la eternidad!».
  • juan diego esquivias padillahas quotedlast year
    El mismo 18 de febrero, Goebbels se presentaba en Berlín ante una multitud de adeptos. Se trataba de una filmación que había de servir para que el pueblo alemán renovara su adhesión a Hitler. El ministro de propaganda resumía su intervención en unos gritos contundentes: «Guerra total: la guerra más breve. ¡Führer, ordena! ¡Te seguimos!»[15]. Pocos días después, en la Universidad de Múnich, las autoridades convocaron una “manifestación de lealtad” —lealtad al régimen— que fue secundada por muchos estudiantes. Según relata un testigo de los acontecimientos: «Cientos de estudiantes acogieron con alaridos de júbilo y pataleando en señal de aplauso al denunciante y bedel de la universidad [que había entregado a los hermanos Scholl a la Gestapo], aplauso que este recibió en pie y con los brazos abiertos»[16].
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