discursos, sin embargo, entra en una tensión incómoda con las relaciones que son realmente vividas, encarnadas y experimentadas. Cualquier noción de cuidado certera o estable se vuelve inestable cuando la etnografía explora cómo los individuos ya se encuentran siempre entrelazados en relaciones y cómo ellos abren los ojos frente a sus relaciones: «por lo tanto se hacen (y se van haciendo) conscientes de la forma en que están conectados y desconectados