Santiago Ambao

  • graciela pedrochehas quoted6 months ago
    resignación y el hartazgo sin duda eran limítrofes. El hartazgo limitaba también con el cansancio, por el oeste. Después del cansancio aparecía la desidia —que no estaba lejos del hartazgo, porque el cansancio se extendía en un territorio delgado y largo—. Analizó la cuestión. Concluyó que no, no sentía cansancio: solo hartazgo y resignación.
  • graciela pedrochehas quoted5 months ago
    no cualquier bien, sino un automóvil, cuyo culto desmedido infla una burbuja ideológica que alaba el crecimiento constante de cualquier economía como el único camino hacia el bienestar, sin plantear que nada, nunca, puede crecer por siempre.
  • Karinahas quoted5 months ago
    Se maravillaba ante lo muy próximo, que también era lo invisible y, una vez descubierto, lo horroroso. Esa idea del horror discreto y cercano le atraía.
  • Karinahas quoted4 months ago
    en verdad, pensar en Barcelona o en España no era pensar en el pasado, sino en otro presente que podría haber sido. Un presente no necesariamente mejor, pero de seguro distinto. Esa idea de que la posibilidad de otra vida estuvo tan cerca en algún momento, como una puerta entreabierta ahí nomás, le generaba vértigo y añoranza.
  • Karinahas quoted4 months ago
    Y atrás de todo, algo de ilusión: porque el paisaje de sus hijos plantándole cara al viento era la promesa de dos compañeros en busca de aventuras. Se imaginó con ellos en algún bote, en medio de algún lago, pescando a pesar de las inclemencias.

    Disfrutando de la vida, aun cuando hiciera mal tiempo.

    Porque lo mejor que puede hacer un padre por sus hijos, pensó Eduardo, es enseñarles a disfrutar de la vida. Incluso cuando hace mal tiempo.
  • Karinahas quoted4 months ago
    Sentía desasosiego. No era habitual para él esta sensación. Jamás se había detenido a pensar en ella. Era extremadamente salada, como el agua de mar, y de consistencia cremosa. Se le escurría entre los dedos, imposible de asir, pero al mismo tiempo siempre estaba ahí: enchastrándolo
  • Karinahas quoted4 months ago
    Sentía ansiedad y miedo. El miedo era negro y estático, muy pesado, aunque poroso; la ansiedad, en cambio, giraba cada vez más rápido sobre sí misma y también orbitaba al miedo, mareándolo y volviéndolo inestable. Ese miedo en cualquier momento podía explotar y convertirse en otra cosa: ira, remordimiento o todavía más miedo: un terror visceral. Pero hasta ahora, dominaba la ansiedad con sus curvas cerradas y sus desniveles imprevistos y ese regusto estridente.
  • Karinahas quoted4 months ago
    Se preguntó por qué había firmado el formulario, por qué había aceptado las llaves. Si él no necesitaba el departamento ni lo quería
  • Karinahas quoted4 months ago
    Le invade una sensación extraña que no logra clasificar. Es inquietante y pausada, con un fondo frutal, aunque también ligeramente ferroso
  • Karinahas quoted4 months ago
    Le invade una sensación extraña que no logra clasificar. Es inquietante y pausada, con un fondo frutal, aunque también ligeramente ferroso
fb2epub
Drag & drop your files (not more than 5 at once)