Hay un sentimiento que el cuerpo le da a la mente
de haber perdido algo, una pobreza fundamental, como caerse
sin sentir que uno está pasando a través de un mundo,
que uno podría alcanzar otro mundo
en cualquier momento. En vez de eso, lo real
lo atraviesa a uno,
el cuerpo como una llegada
que uno sabe falsa pero que no se puede traspasar