Alexander Watson

  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted8 days ago
    Guerra Mundial derivó en gran parte de su condición de Volkskrieg, «Guerra Popular». Un mandatario conservador como el canciller germano Theobald von Bethmann Hollweg, turbado por la desaparición de las viejas guerras aristocráticas, con sus bajas reducidas y sus objetivos limitados, opinó que lo que definió esta lucha nueva y aterradora, su «rasgo más milagroso», fue «el poder inmenso del pueblo».4 El compromiso popular atizó la violencia de la contienda y determinó su duración.
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted8 days ago
    De igual modo, esta guerra de sitio a escala masiva implicó a sociedades enteras. La movilización total y el bloqueo difuminaron la distinción entre combatientes y no combatientes. En esta guerra no solo lucharon hombres jóvenes, solteros y fuertes, sino también maridos, padres, hombres de mediana edad e incluso los más débiles. En el interior, las mujeres se hicieron cargo de los trabajos de los hombres movilizados, o bien migraron a la industria armamentística en expansión. Los niños fueron movilizados para la cosecha y para recopilar elementos valiosos para el esfuerzo bélico. Estos civiles, lejos de ser meros auxiliares, se convirtieron en blancos y sufrieron el azote de las privaciones, la malnutrición, la enfermedad y el agotamiento. Muy pronto, vieron cómo la guerra permeaba todos los aspectos de su vida diaria; y no solo los combatientes de los frentes de batalla, sino también las familias que pugnaban por sobrevivir en el interior.
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted8 days ago
    Guerra en la tierra, en el suelo, en el agua, bajo el agua y en el aire […] una guerra que abarca círculos cada vez más grandes de la Humanidad».
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted8 days ago
    En parte, los pueblos no tuvieron otra opción. En el momento del estallido de la contienda, los ejércitos de la Europa central poseían poderes extraordinarios sobre la sociedad doméstica.
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted8 days ago
    El general Erich Ludendorff, el hombre que dirigió el esfuerzo bélico germano en 1914-1918, tenía razón cuando caracterizó esta contienda como «una guerra popular en el sentido más pleno». La gran implicación emocional y material de los pueblos alemán y austrohúngaro no solo posibilitó el sostenimiento de la lucha de las Potencias Centrales, sino que también garantizó que la derrota, cuando llegó, ejerciera un impacto catastrófico sobre sus sociedades. Las divisiones internas que surgieron durante la guerra definieron el caos que vino después: en Alemania, una revolución de izquierda derribó al Gobierno. En Austria-Hungría, la derrota vino acompañada de violencia étnica y fragmentación en nuevos Estados nacionales.
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted8 days ago
    Sarajevo era una guerra balcánica, no mundial, y trataron de provocarlo con asombrosa y obsesiva determinación.
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted8 days ago
    Sin embargo, el pequeño Reino de Serbia contaba con el respaldo de la poderosa Rusia, el principal competidor en los Balcanes del Imperio de los Habsburgo.
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted8 days ago
    El rasgo más desconcertante del proceso de toma de decisiones de los mandatarios habsburgo es la facilidad con la que plantearon una guerra. Apenas una semana y media después del magnicidio de Francisco Fernando, las fuerzas armadas y todos los ministros civiles, a excepción de Tisza, abogaban por la invasión de Serbia; de hecho, la mayoría optó por ello tan pronto como tuvo noticia de los asesinatos.1
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted8 days ago
    El ultimátum era un instrumento diseñado con el único fin de provocar la guerra.
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted7 days ago
    Los estudiantes eran el segmento más radical de la población. Los círculos de la «Joven Bosnia», panserbios, progresistas, literarios y románticos, era un hervidero de conspiraciones violentas. De ellos salió Gavrilo Princip, el terrorista de 19 años que mató al heredero de los Habsburgo el 28 de junio de 1914, si bien le había precedido Bogdan Žerajić, aspirante a asesino, que, en 1910, falló por poco en su intento de matar al gobernador general de Bosnia.4
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