Hopkins le exigió
a Gustavo Madero que, cuando su hermano llegara a la
presidencia, modificara el consejo directivo de los
Ferrocarriles Mexicanos, que ya eran propiedad del
gobierno por decreto de Porfirio Díaz, y que sacara de ahí
los intereses ingleses remanentes, que básicamente
significaba eliminar a un hombre británico llamado Weetman
Pearson, también conocido como lord Cowdray.