Quise en ese momento que en mis gestos vieras todo. La casa, su habitación y la carpa, demostrarlas como a un teorema. También el frío, el calor, y los huesos; mostrarte el polvo y la linterna, el auxilio y el dolor. Y a ella. A ellas. ¿Somos dos o somos tres? Como cristales, como cuevas, como claustros. Demostrarte los años, y el futuro ahí mismo, eso quise. Y alguien entró a la sala.