No fue el golpe de estado de 1930 la solución para una Argentina agotada económica y moralmente, sino el comienzo de lo que hoy conocemos como la década infame, proceso que definió una época de barbarie y soledad, y cuyas consecuencias seguimos padeciendo aún.
Un pueblo abandonado por sus gobernantes, sin referentes en quién confiar y seguir, es un pueblo desmadrado, defenestrado, sin futuro y sin esperanzas. La intolerancia social, los fraudes electorales, la falta de ética política, de moral, la inseguridad y la obediencia impuesta por las armas no hacen más que violentar a una sociedad en decadencia representada por los personajes de esta historia.
Inés, Auri y Tuna, tres mujeres que para alcanzar su cometido, se descubren sacando a relucir lo más oscuro de sí mismas. Esta es la segunda parte de la trilogía Esclavos de la Heredad.