A UN MIEMBRO QUE FALTA
En Una Familia de Términos en una Fórmula Algebraica
Aislado, mantenido al margen, separado por el destino
de tus camaradas que te esperan ¿a dónde has huido?
¿Dónde languideces después del estado que te ha maravillado
como una estrella perdida en un meteoro fugaz?
Me haces pensar en ese presuntuoso,
que quería, aunque inferior al mayor, ser grande,
y cayó, con la cabeza inclinada, desde lo alto de la inmensidad celeste
para vivir aislado, replegado sobre sí mismo, desolado,
o el que, nuevo Heraclio, sufrió duro exilio,
sostenido unas veces por la esperanza, y otras torturado de espanto
hasta que la soberana Astrea, murmurándole al oído
palabras de vago presagio a través del rumor del Atlántico
le abrió el santuario de la Musa venerada
y sembró de llamas el polvo de las orillas de Isis