Todo el mundo sabe que la orquesta sinfónica es muy adecuada para la banda sonora de las grandes superproducciones, sean de aventuras (Indiana Jones), históricas (Quo Vadis) o de catástrofes (Aeropuerto). John Williams, Miklós Rózsa y Alfred Newman son algunos de los grandes sinfonistas de Hollywood. Sin embargo, para los pequeños dramas y las películas más intimistas, suelen escribirse partituras destinadas a pequeñas formaciones instrumentales.