De ahí que la mímesis poética entrañe, en concreto, una vocación desocultadora que trae a la luz, o que hace ver, lo que la vivencia ordinaria, por su misma automatización, frecuentemente escamotea u oculta. Si el artificio inherente a la mímesis poético-teatral es valioso para los miembros de una comunidad, es porque lo que está en juego no es otra cosa que una averiguación sobre los contenidos (causas, circunstancias, efectos y significado) de la acción humana.