No es mi tiempo el que está organizado de ese modo, sino el tiempo tal como objetivamente lo conciben todos los hombres de una misma civilización. Ya sólo eso basta para hacer entrever que tal organización ha de ser colectiva. La observación establece, en efecto, que esos puntos de referencia indispensables en relación a los cuales todas las cosas están clasificadas temporalmente, provienen de la vida social. Las divisiones en días, semanas, meses, años, etc., corresponden a la periodicidad de los ritos, de las fiestas, de las ceremonias públicas.5 Un calendario expresa el ritmo de la comunidad colectiva, al tiempo que tiene como función garantizar su regularidad